Poesía internacional, en castellano y en otras lenguas y traducciones al castellano
Dos Poemas de Aleqs Garrigóz (México)
Poemas extraídos del libro De Naturaleza Amarga, 2007.
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Con todo cariño para los poetas panameños
SOLILOQUIO DE UN POETA ROMÁNTICO /
Porque desde el principio cargamos un destino como lápida,
la ficción se nos mezcla en la sustancia, tiñéndonos las hebras
con el color de la sangre enfermiza.
Nuestros días en la historia son como una ligera llovizna,
como cuando la brisa arriba a la estepa desolada.
Somos amigos del girasol y del crepúsculo.
Caminamos inermes a la hora de los tardíos placeres.
Bebemos solos. Y la melancolía de ser es en nuestras venas
honda y permanente como los congelados mares.
Rosas, cortinas, palomas, ventanas, sepulcros,
horizontes donde la lividez vierte sus encantos,
jardines gloriosos donde los pájaros mueren,
fuentes, salones que son vacíos como la vida,
nos circulan lo mismo que carruseles en la mente.
Conocemos el encanto en la distancia,
el sabor de las lágrimas,
la textura de las cartas antiguas,
el olor de las habitaciones viejas.
Amamos la tibieza del hogar,
la magia de los otoños cayentes,
la somnolencia de la nieve.
Y somos tanto cómplices de los amantes feraces
y de su entrega indócil y plena
como de la belleza que muere.
Tiene el fruto de nuestros sobrios esfuerzos
un encanto innegable, ligeramente amargo,
que recuerda los vino seductores y transitorios.
(¿Compañero, como responderé a tu asentada certeza
de que es el miedo a la vida lo que nos mantiene tan vivos?)
Más que el teatro de nuestras subsistencias,
deberá ser la obra
nuestra acotación ante el hombre.
En algunos, el ímpetu arde como un sol cercano;
la fiesta los sonsaca con su olor a licor y sexo mezclados:
su paso en la existencia es igual que una orgía sin término.
Otros -los que lloramos aparentemente por nada,
los enamorados de la lluvia en la ventana-
andamos caminos poco fecundos
y, prensados en la mano de la nostalgia,
terminamos aprendiendo el suicidio.
Pues -se sabe- en nuestro pequeño círculo,
de algún modo o de otro,
se muere joven.
LA POESÍA /
La poesía es como el árbol de ancho follaje
que crece a mitad del páramo desierto.
La forman nostalgias y temores.
Sus brazos se alargan para alcanzar el infinito;
sus fuertes raíces se ahondan en la tierra oscura;
su ancho ramaje es ámbito de emociones contenidas,
en él giran los vientos, se reordena el mundo.
Porque la Poesía es el Arte; y como el Arte
se nutre de sí misma
y sobre sí misma reposa.
Su ramaje es coro donde los ancestros cantan.
Lo integran llamados distantes,
del mañana que es el hoy muerto la voz ya sin sentido,
resonancias de canciones perdidas y olvidadas,
oscilaciones de brillo y sombra,
elegías que son constelaciones de hojas muertas,
palabras mustias de soledad y pena
y crujidos que son su débil lamento.
Para siempre.
En su tallo se han grabado inscripciones nobilísimas.
Su semilla es eterna.
La poesía es el llanto desolado del sauce
y el refugio vivo de la higuera.
Aprenda yo a encontrar fortaleza en sus frutos
y descanse mi fatiga bajo su sombra
hasta el último día.
ALEQS GARRIGÓZ (Puerto Vallarta, México 1986). Empieza su carrera publicando Abyección (2003). Trabajos posteriores son: Luces blancas en la noche (2004), La promesa un poeta (2005), De naturaleza amarga (2007), Páginas que caen (2008), Galería del sueño (2008), En la luz constante del deseo (2012). Premio de Literatura Adalberto Navarro Sánchez 2005, otorgado por la Secretaria de Cultura de Jalisco. Premio de Literatura 2008 de la municipalidad de Guanajuato. Ha publicado poemas en diversos medios impresos y electrónicos de México e Hispanoamérica. Figura en una decena de antologías literarias editadas en México.
Catorce poemas inéditos frente a la inclemencia
(selección de poemas de poetas españoles actuales)
La poesía sigue siendo, en estos tiempos de inclemencias y miedos, un refugio seguro. No hay prima de riesgo que valga ante un buen poema, un verso inspirado o una metáfora feliz cargada de irreverencia y humor. Por eso, El Cultural ha pedido a doce de los buenos poetas del momento, de muy diversas generaciones, un poema inédito como antídoto frente a la incertidumbre. De Álvaro Pombo a Antonio Gamoneda (que nos anticipa uno de los poemas de su futuro libro Canción errónea), de Ángela Vallvey a Juan Antonio González Iglesias, pasando por José Carlos Llop, Álvaro García, Benítez Reyes, Andrés Sánchez Robayna, Juan Bonilla, Pablo García Casado, Eloy Sánchez Rosillo y Julio Mas Alcaraz, doce poetas nos regalan últimos versos cargados de emoción, erotismo en algún caso, de derrota en otros, y sobre todo de porvenir. Ya lo dijo Pessoa: “Los misterios son de la esperanza”.
LA TENTACIÓN DEL GEÓMETRA / JOSÉ CARLOS LLOP
Soy de letras pero amo la geometría:
el rombo de Michaelis, los hemisferios
de las nalgas y su elipsis sagrada,
la abultada perfección de la vulva
o la curva del empeine, que adoro,
como la línea que cruza el envés
de la rodilla, o la inclinada tangente
de la nuca. Amo las esferas
como albaricoques o ciruelas,
la bahía entre cuello y hombro,
los suaves arroyos del interior
de las muñecas y el esplendor
del Bósforo entre los muslos,
con Estambul al fondo y Asia,
detrás. Porque soy de letras
sé, que la oculta tentación
del geómetra es la geografía:
trazar las cartas marítimas
sobre una piel desconocida,
detenerse en la tensa
parábola del pezón,
marcar las coordenadas
y sus límites y saber del calor
tropical de sus puertos,
donde los pájaros blancos
surgen de los manglares
y alzan, cantando, el vuelo:
última magia de la simetría.
HILO DE ORO / ELOY SÁNCHEZ ROSILLO
Une entre sí la luz todas las cosas
con un hilo de oro.
Y a mí mismo me incluye;
me toma alegremente cada día
y me hilvana con ellas.
Lo puede ver cualquiera que se quede
de vez en cuando a solas
y con sosiego mire:
no es el aire, es la luz la que nos suma
a todos con el todo.
El árbol me conoce,
saben de mí la nube y la montaña,
el gorrión, septiembre.
Y yo los reconozco emocionado,
y los dice mi boca.
Formo parte del mundo y estoy vivo.
Soy uno más, por suerte,
en la gran cofradía de la luz.
[HAY UNA TRASLACIÓN DE TU LEYENDA] / ÁLVARO POMBO
Hay una traslación de tu leyenda
en calderilla de ficus y de prunus
y terrazas pequeñas
de todo el noroeste de Madrid
Hay una tradición de que venías
y parecía que no llegabas nunca
Hay toda una hermenéutica de labios
y tu pelo castaño
que no podía acariciarlo nadie
Una letrilla popular existe
que dice que tú eras inasible
[ANTES DE LLEGAR....] / JULIO MAS ALCARAZ
Antes de llegar al río debo cruzar la caverna. Concebimos esa caverna como el lugar donde las sombras producen los cuerpos. Es un espacio necesario, un paso entre dos sueños, pero no sabemos por qué. A la salida, la anciana vigila que sólo seamos mujeres quienes llegamos allí. Ella me entrega una pulsera hecha con las colas de varias serpientes de cascabel. No habla. Ella tampoco habla. Tiene miedo Ofrece el silencio como libertad, el derecho del silencio a ser escuchado. y la majestuosidad de las escaleras viejas de los puertos, la elegancia de los escalones entrando en el agua; el deseo jamás realizado de bajarlas hasta el final. Las niñas, en la ribera de aquel río, juegan con los muñecos que han construido con los huesos de otras niñas muertas. Mira a las niñas, asustada. No sabe. ¿Aquellas que ya no tenían qué comer? Sólo las mujeres podemos acceder aquí y sólo nosotras podemos tratar de observar lo que llamamos un párpado de río. En lo más profunda de la selva, ante lo que algunos llamarían un sencillo meandro, se produce un hecho extraño, una singularidad. Si la canoa navega despacio, muy despacio, es posible ver como un banco de arena se abre y alza a nuestro paso, igual que se abre un párpado, y en su interior... No puedo saber todavía qué hay en su interior. Es posible que nunca lo supiera, porque no todas pueden verlo, pero ella ha amamantado a criaturas que no eran suyas. Y cuando lo sepa no podré decirlo porque las niñas, esas niñas Aunque cualquier mujer puede venir a esta selva, atravesar la caverna, recoger la pulsera de la anciana (me gusta que me llame anciana) y adentrarse en el río. Sólo es necesario un silencio que permita escuchar el ruido de las lágrimas al salir de los ojos. El silencio realmente necesario es el de las lágrimas segregándose antes de salir de los ojos.
DINERO / FELIPE BENÍTEZ REYES
Tras una combinación difícil, bajo llave,
protegido por poleas de acero,
camuflado en las siglas
o en el cajón secreto del avaro,
duerme en su soledad plenipotente
de dios convencional de todo esto:
de los teatros mercantiles,
de la bolsa enigmática y cambiante
como la luna, en su condición
de testaferro manoseado del oro,
suma y resta del todo y de la nada,
multiplicador del poder y de la angustia,
irrealidad portátil en su ruta estratégica,
hundiendo, rescatando, inflacionando,
dragón herido siempre por la espada
enmohecida de la incertidumbre,
en su cueva especulativa.
Mendigo arrogante de la capa bordada,
misterio desvelado en la exactitud de los porcentajes,
por activo y por pasivo,
abstracción callejera, metal de calderilla,
prestidigitador de operaciones en el aire
a escala mundial y, sin embargo, también de casi nada:
el niño que cuenta unas monedas
ante el kiosco, midiendo su poder
de apropiación del mundo, calculando
lo que cuesta un deseo, la mercancía
del corazón, el ansia oscura.
CANCIÓN ERRÓNEA / ANTONIO GAMONEDA
No hay causa en mí. En mí no hay
más que cansancio y
un antiguo extravío: ir
de la inexistencia
a la inexistencia.
Es
un sueño.
Un sueño vacío.
Pero sucede.
Yo amo
todo cuanto he creído
viviente en mí.
Amé las manos
grandes de mi madre y
aquel metal antiguo
de sus ojos y aquel
cansancio lleno de luz
y de frío.
Desprecio
la eternidad.
He vivido
y no sé por qué.
Ahora
he de amar mi propia muerte
y no sé morir.
Qué equívoco.
FUGACIDAD / ÁLVARO GARCÍA
De nuestro abrazo aquí sobre la alfombra
de yerba del recinto sobre el mar
el tiempo no se extraña y, al pensar
totalidad, tu nombre me la nombra.
¿Por qué con nuestro abrazo en esta sombra
súbita, extrañamente familiar,
el tiempo se abre al fin de par en par?
¿Por qué estar piel con piel no nos asombra?
Amar nos reconcilia con la muerte
en esta tarde poco a poco oscura
que hace simple el milagro de tenerte.
Llega el olor del mar hasta la altura,
nos mece y nos susurra su sonido
música de no ser y haber vivido.
AFORTUNADO / JUAN ANTONIO GONZÁLEZ IGLESIAS
Afortunado el hombre que despierta
junto a un treintañero con la barba de oro
al que admira
por la dulzura de sus dones,
y por su integridad y por el gesto
sereno con que afronta lo pequeño y lo grande.
Afortunado el hombre que llama compañero
al que comparte todo con él, en un golpe
de amor que repercute en toda su existencia.
Otros en el futuro se amarán como ellos.
Afortunado el que puede afirmar que confía.
El que habita junto a un valiente.
El que está protegido por su fuerza cercana
y recibe de pronto una mirada suya.
Aunque son vulnerables, ya son invulnerables.
Afortunado el hombre que camina junto a un joven risueño.
LA NUBE DE STEVE JOBS / ÁNGELA VALLVEY
He subido a La Nube
esa jaula de sol
con sus horas de confín que se beben
en secreto los pájaros
cuando el alba despierta.
He subido a La Nube
mis archivos de amor y de deseo,
las pavesas de la rosa temprana
pixelada en venenos de colores
que se desespera detrás de la pantalla
de tu iPad. Aquel momento
en que te quise para siempre.
Los matices -pedrería, barro y azul abismo-
del dolor de mi pecho. Un día
en carne y hueso. Facturas por cobrar
a la mañana. Mi corazón
de renta antigua que tiene la costumbre
de interrogar a la tristeza. La luz
que frente a frente te busca y te propicia.
Un trozo generoso de tu cuerpo
que nunca me abandone.
He subido a La Nube caminando
porque, a menudo, vivir es sólo eso,
guardar en un cofre de nieblas
los restos del amor para llevar a casa,
poner la fe en la lejanía,
en un rayo de sombra constelado
de hielos digitales
que encarcele, uno a uno,
a los fantasmas de tu mundoy el mío.
He subido a La Nube las sílabas
antiguas de la palabra noche,
el frío de tus lágrimas, aquel
que jamás fuiste, el pie de las encinas
en todos los ocasos.
PRIMER CURSO DE FILOSOFÍA / JUAN BONILLA
que sean nuestras sábanas las túnicas
de sócrates platón y de aristóteles
sobre ellas no habrá dudas ni preguntas
tan sólo realidad sin ideales
yo sólo sé que lo sé todo si follamos
las togas de agustín de hipona pueden
servirnos como colcha
si arrecia el frío y nos carcome el miedo de que cada uno de nosotros seamos dos
y estemos por entero en cada uno de ellos
con los vidrios con los que fabricaba
spinoza sus lentes para ver
a dios en todas partes nos haremos
un espejo que copie solamente
dos cuerpos en batalla destruyéndose
con la alegría de quien sabe que es así
como nacen los universos
la peluca de kant será una esponja
con la que voy a enjabonarte
todas y cada una de tus categorías
con la navaja de okham
quiero afeitarte el coño
para después tender a la abstracción
comerte el coño
y el látigo de aquel vulgar cochero
que apalizó a un caballo hasta matarlo
e hizo llorar a nietzsche el superhombre
hazlo sonar sobre mi espalda
cuando me vengan dudas o aprensiones
necios deseos sobre lo futuro
ganas de compartir el alquiler
ir al cine contigo y esas cosas
el brazalete nazi de heidegger
nos sirva de mordaza si entra el miedo
a conquistar los seres sin ahí
en que querremos transformar el uno al otro
YA SOSEGADO, CANTA LA LECCIÓN DE LA SOMBRA / ANDRÉS SÁNCHEZ ROBAYNA
Sientes, casi abrazados
bajo el cielo de zinc,
los árboles que llaman,
los latidos del gris.
La sombra te enseñó
piedad y paz, concordes.
Entra, pues, sosegado,
en las sombras del bosque.
PESADILLAS / PABLO GARCÍA CASADO
A Sergio Gaspar
Tengo una pesadilla que se repite. No todos los días, pero sí a menudo. Veo a mis hijos descalzos en una ciudad futura, de seres crueles y biónicos, y charcos de sangre y cristales rotos que ellos pisan con sus pies blancos y delicados. Miro sus ojos tristes y su gesto mudo bajo el cielo naranja. Y yo estoy fuera, en otra pantalla, haciendo aspavientos desde el mundo de los vivos. Este sueño se repite a menudo, no todos los días, pero sí a menudo. Y entonces despierto, y enciendo la luz, y respiro. Porque ellos están aquí, en sus camas, durmiendo, seguros de estar protegidos por algo más grande y poderoso. Dicen que todos los padres tienen sueños como este. Es el precio de plantar la semilla, algo que es tuyo pero no te pertenece. Eso dice mi madre. Sueños extraños que día a día se vuelven reales y precisos. Porque el mundo avanza hacia un futuro pavoroso en el que ves salir a tus hijos descalzos por calles de sangre y cristales rotos y seres crueles y biónicos. Y no puedes hacer nada porque estás atrapado en otra dimensión.
CALIPSO / CARLOS PARDO
En verano volví a leer poesía
y una tormenta sacudió la casa
con rítmicas correspondencias.
Las higueras anfibias.
El jazmín sarmentoso.
La culebra mojada junto al haz
de paja. Anónimas avispas
clavadas en el tronco
del manzano
como nieve salvaje.
La poesía me dio un yo
y dos planchas azules
reconocibles como cielo y mar.
Entre ambas, el tachón
de la lluvia. Y arriba,
un sobrenatural gris Waterloo.
Tenía un perceptible fondo
por el que deslizar
el sobrepeso de la perspectiva.
Con la puesta de sol viene el banquete.
La casa en la colina
colonialmente absorbe la humedad de las huertas.
Un octeto de ovejas
toca calipso.
MONÓSTICOS (8, 11) / JORDI DOCE
Comenta que está bien, que ya pasó.
Tiene la espalda señorial, casi olímpica.
Luego la voz le cambia, de pronto, y todo es antes.
Viene de un duelo colectivo, de un aquelarre blanco.
No es posible dejar de ser lo que uno fue.
O también: esa puerta que se abrió sigue abierta.
Así empiezan los cuentos: un niño se pierde en el bosque.
Si algún pájaro habló con él, no lo sabemos.
*
Sabía ver el mundo como si no estuviera en él.
Olvido, indiferencia, estas eran sus señas.
También piedad, a veces, una extraña ternura.
El piloto parpadeaba a ratos, con desgana.
No era cosa que debiera inquietarle.
Según el plan en curso, sobraban las urgencias.
Sin embargo, sentía un eco de los antiguos vínculos.
Algo se removía a tientas allá dentro.
Corrigió una palabra de su informe y se puso a esperar.
Siguió esperando mientras la Tierra giraba.
Si las piezas debían encajar, él no veía cómo.
https://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/31228/Catorce_poemas_ineditos_frente_a_la_inclemencia
Poemas escogidos de “Deshielo a mediodía”, de Tomas Tranströmer
Tres Poetas de Nigeria
Traducción de Coral Ruvalcaba
Tomado de Periódico de Poesía, UNAM
https://www.periodicodepoesia.unam.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=2447&Itemid=88
Emman Usman Shehu
Songstress/
You stand on the stark platform
under the lone glow
an island of attention,
a vulnerable picture—
pouring out your heart,
a river of candid songs.
How come such tenderness,
from a heart full of scars?
You teach me forgiveness
under a tungsten lamp.
O Songstress, O Songstress,
I hear this river of songs—
sometimes as fast as a flood,
now and again slow as twilight—
pouring out of your wounded heart.
How come such passion
from a soul full of fissures?
You teach me endurance
on a lonely island.
O Songstress, O Songstress,
I hear this river of songs
sometimes soft as a whisper,
streaming out of your heart.
Cantante/
Estás de pie en la desnuda plataforma
bajo el brillo solitario
una isla de atención,
una imagen vulnerable—
y viertes tu corazón,
un río de canciones inocentes.
¿Cómo es posible tanta ternura
en un corazón lleno de cicatrices?
Me enseñas a perdonar
bajo una lámpara incandescente.
Oh Cantante, oh Cantante,
escucho este río de canciones—
a veces veloz como un diluvio,
otras lento como el ocaso—
que sale a raudales de tu corazón herido.
¿Cómo es posible tanta pasión
en un alma llena de grietas?
Me enseñas a soportar
en una isla solitaria.
Oh Cantante, oh Cantante,
escucho este río de canciones
a veces suave como un murmullo
que fluye de tu corazón.
Unoma Azuah
Nights/
Nwaka, sing the song
of birds blossoming
among sunflowers
sing a song to quiet
the shrills of restless crickets
Sing songs to light up
the bulbs of my tears
I've borne the waters of my gorge
Furious for an outlet
I've stared into many nights
searching for a single star
I've groped through scorched sands
In search of a glitter in a grain
I've seen the rage of broken waves
scurry like scorpions
Nwaka, sing songs to me
Sing songs of dark clouds
Slashed in lightening
Of rains roped in deserts
For I've witnessed the birth
of too many crippled dawns
in too many tortured nights.
Noches/
Nwaka, canta la canción
de pájaros que florecen
entre girasoles
canta una canción para callar
los gritos de grillos inquietos
Canta canciones para encender
los bulbos de mis lágrimas
He portado las aguas de mi cañón
furiosas en busca de escape
He mirado de fijo tantas noches
a la espera de una estrella única
He buscado a tientas un destello
entre granos de arena quemada
He visto la furia de olas rotas
correr como escorpiones
Nwaka, canta canciones para mí
Canta canciones de nubes oscuras
hendidas por relámpagos
de lluvias atadas en desiertos
Pues fui testigo del nacimiento
de tantos albores inválidos
en tantas noches tormentosas.
The Storm You Are/
I feel the flutter of her lashes on the nape of my nerves—
the feel of feathers ruffling in the wind—
I feel her hands on my frame
—the shape of my name
She is the apple I want to pluck—
the tendril I need to nurture
I feel the tickle in her toes—
the sensation of fingers on trickling sands
I envy the earth that gives her life
for I want to be the soil grasping her roots
the sunlight that leaves her wide open for more—
The breeze filtering through her branches—
the dew kissing her pores—
the air that makes her complete
I feel the flutter of her lashes
Her breath— a whisper in a raging storm.
Oh bearer of the storm that has refused to ebb on the banks of myoverflowing river—
Set me free!
Eres la tormenta/
Siento el aleteo de sus pestañas en la nuca de mis nervios—
la sensación de plumas que se agitan en el viento—
Siento sus manos en mi silueta
—la forma de mi nombre
Ella es la manzana que quiero cortar—
el zarcillo que necesito nutrir
Siento las cosquillas en los dedos de sus pies—
la sensación de los dedos sobre arena húmeda
Envidio a la tierra que le confiere vida
pues quisiera ser el suelo sujeto a sus raíces
la luz del sol que la abre por completo—
La brisa que se filtra entre sus ramas—
el rocío que besa sus poros—
el aire que la hace plena
Siento el aleteo de sus pestañas
Su aliento— un murmullo en el fragor de la tempestad.
Oh, portadora de la tormenta que se ha negado a fluir en los bancos de mi río desbordante—
¡Libérame!
Obi Nwakanma
To the Sea, My Memory/
The sea is memory, of that
awakening at the shore. To that plucking
from the womb and the hot white radiance of light.
Came the night
to pleasure me, with a
fine delicate darkness:
Then came sleep, the eternal one,
with the stones lowering me. Then came
the stars striding across the shores.
Then the illuminati, revelations trapped
into the scrolls, pulled me into
the gilded circle;
To listen to the ornate talk
of the chosen, the inscrutable voice
of the wind, the message in the rivulet of the sea.
The sea is memory. And I her worshipper.
The sea is memory. And I her intoned fragments,
awaiting the last strain, to fall upon the quatrain,
and the refrain, upon the inflamed rococo,
the subtler Coltrane, to guide my waking,
from shore unto shore.
The sea is memory is melody:
that has led me from room to room,
to a place of permanence. Where a
hand touched me, and the deep vital
dawn, did not terrify. Where the tears,
although fleeting, do not at all
escape like running water.
Para el mar, mi memoria/
El mar es memoria de aquel
despertar en la orilla. De la separación
del vientre y el tibio resplandor de la luz.
La noche vino
a darme placer, con una
fina y delicada oscuridad:
Luego vino el sueño, el eterno,
con piedras que me sumergían. Luego vinieron
las estrellas a zancadas por la orilla.
Luego los illuminati, revelaciones atrapadas
en los rollos, me jalaron hacia
el círculo dorado;
Para escuchar la ornamentada plática
de los elegidos, la voz inescrutable
del viento, el mensaje en el riachuelo del mar.
El mar es memoria. Y yo su adorador.
El mar es memoria. Y yo sus fragmentos entonados,
esperando al último compás para caer en el cuarteto,
y al estribillo, sobre el inflamado rococó,
al Coltrane más sutil, para guiar mi despertar,
de orilla a orilla.
El mar es memoria, es melodía:
que me ha guiado de habitación en habitación
hacia un lugar de permanencia. Donde una
mano me tocó, y el amanecer profundo
y vital no era aterrador. Donde las lágrimas,
aunque fluyen, jamás
escapan como agua corriente.
Tres poemas de José Kozer (cubano)
ESTADO NATURAL
Ganga,
fluye: aguas espesas de cenizas, las piras vierten sacos de muerte a
tus aguas putrefactas, tú, en
todo caso, fluye: despacio.
Sin desembocadura ni peces.
A tus orillas coloco un
platillo (dorado) semillas de
mostaza, un ramo ajado
(se ajó por el camino) de
rosas de Malmaison: en
nombre de madre pacífica
la vaca. ¿Esto es devoción?
Ir, ya viejo, a orillas del
Ganges, a las abluciones,
justo con el dólar por los
suelos, ¿esto es devoción?
¿Un auténtico sacrificio;
a quién? ¿Ganesh?
Apertrechado de sutras en
inglés, varias cajas de
incienso (conos; varillas)
un saco de arroz a repartir,
monedas de cobre. Horas
de vuelo, retortijones de
estómago, músculos ateridos,
calambres (calambrica de
sólo pensar en la Muerte).
Y una fatiga crucial. Paripé,
paripé: todo esto es un
paripé. ¿Qué devoción ni
ocho cuartos? Estos son los
negocios que mueven la
maquinaria del mundo:
hostales baratos, guías
espirituales, pordioseros
profesionales, y nuevas
técnicas de mercadería y
consumo que nos hundirán
a todos en veinte años
(mark my words). Rosas
al agua. Semillas de mostaza
al viento. Fluye, Ganga,
llévatelo todo, cobres, arroz
e incienso, entre pestilencias,
esencias de rosa, túnicas
azafranadas, al sótano donde
el agua es hojarasca incinerada:
la oquedad (ni ulterior ni
primordial) vacío desaforado.
Tanta cháchara. No sabe uno
ya qué pensar. Dioses por aquí,
gastos por allá, y el raciocinio
renuente a creer, desde su
covacha, en esta ficción ingente
(morir no es siquiera llevarse
una sorpresa) (la sorpresa
siquiera de la Nada). Retumba.
Hoya hueca su silencio. Surja
otra almeja, otro grano de arroz
(moreno) pan frito asolado por
las ajorcas de viudas famélicas
regurgitando dosis prístinas de
ceniza. Hambre (habrá hambre).
Veraz. Y en el pudridero de
todos los santos, yoghis,
santones y demás mercenarios
de la indefectible Cloaca,
albricias, Ganga, Ganga Rey
(panta rei) soy (seremos) por
aluvión (acarreo) (bajantes y
arcaduces) mostaza renovada,
floración Malmaison, pura
metáfora.
ASIR ASCUA
Luzbel, sólo aparente: estratos, claros, unos cirros, he ahí
lo verdadero.
¿Dios? Una puntada sobre el papel y va surgiendo el abedul:
trazo y retaceo; pespuntes,
una malla, surge un bosque:
su blancura me deslumbra;
su esbeltez aligera en mi
mirada este cuerpo abismado,
brumas del sueño al mediodía,
a las tres de la tarde, el largo
sueño intermitente de la noche,
la madrugada desvelada del
Insomne, voy a bailar (balar)
contoneándome entre los
abedules, adolescencia de
mis padres, de un brazo la
madre, del otro el agobio
del sueño en la cabeza a
punto de desplomarse: me
aligero, beso el tronco níveo
de un árbol, ¿y Dios? Estratos
dejan paso, espacio, a unas
ideas despojadas de hojarasca
(no consigo expresarme).
Se me escapa (a lo sumo queda un rastro intermitente que volveré
a rastrear): no tengo otra
condición, el apuntador
calcula mi siguiente
parlamento, pelele
exclamo, se apagan las
luces, me voy hundiendo
en la butaca del salón de
los espejos (los pasos
perdidos): un estero,
pozas, el desequilibrio
del cuerpo en su núbil
debilidad, reciente y
núbil viejo: borde del
abismo. Abedul. Ciclo
último de tinieblas. Se
me cierran los ojos. Y
sigo sin ver nada ni
dentro ni afuera.
Soy un filósofo de pacotilla procurando interiorizar una manzana.
El ente intransigente de la manzana impide sostenerme: me
abandono. No puedo
retener por su eje
nada. Me encojo de
hombros, me cruzo
de brazos, puesto de
espaldas vadeo un
yermo, tanteo espacios
abiertos donde (astral)
me pierdo, cada
movimiento que hago
implica un tropiezo:
me impele, de medio
lado. Contusión. Se
vara el riego sanguíneo
en puntos cardinales
(nódulos) (ahora mismo
los palpo en la planta
del pie derecho): en una
intersección del flujo
brota (brillante) la
manzana (grávida):
dique: aire expelo:
jadeo. Y flora vivaz
me mareo (no sé dónde
estoy parado) coito
extraviado.
ASÍ DE SENCILLO
Un
esquimal haciéndome señas sí a ti en un sueño ¿a mí un
esquimal? gélido anoche:
¿qué tengo que ver yo con
un esquimal? jamás vi cosa
igual, y me rondaba, fiero,
el arpón ¿salió de un cuento
de Poe? ¿yo dormía?
Éstas
son manifestaciones novedosas de las clásicas Furias de
peplo, rostro acólito de diosas,
cachos reproduciéndose en
el aire de medusas, y demás
patetismos de la mente (al
anquilosarse) asustada. Y me
digo al despertar, si es que he
despertado (he despertado: no
voy a empezar a elucubrar el
rollo de la mariposa y Chuang
Tzu): a limpiar se ha dicho la
cabeza, no más musarañería,
en lo adelante, por ejemplo,
limitaré a unas 2000 palabras
mi vocabulario (silla curial la
butaca del cuarto).
Unas
2000, chévere. Reducir el esquimal a monje, inactivo velo
del paladar, glotis inactiva.
Esto es ideal. El gran sueño.
Imposible mejor subterfugio.
Sostener el cuerpo espiritual
con vocablos del tipo rosicler,
olíbano, volapuk, colofonia
(cuidado, no lleva acento).
Terebinto. El escobillón en
alto, voy barriendo del techo
restos de telarañas que
tanto espacio ocupan en
mi desmoñingada cabeza.
¿No sientes ya la liberación?
Siento unas ganas del diablo
de ver dar vueltas los rehiletes.
Lento
circunscribir de un derviche, aspas los brazos, bracear las
aguas cercanas a un acantilado
(abras): eran aire. El disolvente
aire que amaina la cabeza.
Ahora se está bien: nada
equivale a nada. Planto pica
(a quien esto lea le aseguro
que no estamos en Flandes).
Hallandale, el ventanal, el
canal, negros nubarrones
que no son negros bugarrones,
la luz tropical, la soledad
brutal del actual momento
histórico (ahistórico)
(metahistórico) (antihistórico)
me da lo mismo: acomodo los
fondillos, las plantas de los pies
(temprano y ya hace qué bueno
calor). Una charola, orlas,
quetzal, charango, la abstracta
figura de un príncipe azteca.
Bonito. Me siento a leer a
Armand Schwerner. Leo (pelo
una mandarina) leo (hollejos
tres a la boca). Me ensucié la
camisa (babero p’al viejo).
Rabio. Esto no me pasaba
antes. Se va perdiendo el
control. Leo (mermo) un
tanto compungido (espanto
no obstante la mosca de la
contrición): no quiero piedras
en el camino. Simplifico:
máximo, 2000 palabras. Me
pueden sostener cornezuelo,
dingolondango, y va que
chuta verla pasar, mamey.
José Kozer (La Habana, 28.03.1940) Poeta, ensayista, traductor y profesor universitario. De padres emigrantes judíos provenientes de Polonia y Checoslovaquia, nació en La Habana, Cuba, donde vivió sus primeros veinte años. De 1965 a 1997 (año de su jubilación) enseñó lengua y literatura en español en Queens College, Nueva York. Fue Jefe de Cátedra del Depto. de Literatura Comparada de dicha universidad. Su poesía une varias tradiciones poéticas importantes, como la judía o la norteamericana; crea un mundo poético personal y a la vez preocupado por el papel del lenguaje. Ha sido ampliamente antologado y publicado en numerosos periódicos y revistas de Europa, América Latina y Estados Unidos. Recibió la Beca Cintas, la Beca Gulbenkian, y el Premio Julio Tovar de Poesía, 1974.
Links para antologías de poesía francesa e italiana.
Tomadas del la página cultural Eldígoras, sección literatura (https://www.eldigoras.com/#literatura), ponemos a su alcance links para acceder a estas interesantes antologías online:
Poesía de Luis Chaves (costarricense)
Luis Chaves (Costa Rica, 1969). Publicó El anónimo (Ed. Guayacán, Costa Rica,1996) y Los animales que imaginamos (CONACULTA, México, 1998). Con este libro ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz 1997. Es coeditor de la revista de poesía joven latinoamericana Los amigos de lo ajeno, publicación que se edita y distribuye en Costa Rica y Argentina https://www.amigosdeloajeno.org
Los poemas desde "La bajita del rincón oscuro" hasta "Jonás" pertenecen a Historias Polaroid (Ed. Perro azul, 2000), uno de los tres libros finalista del Premio de Poesía del Festival Internacional de Poesía de Medellín 2001. Los últimos textos son inéditos.
Poemas de Luis Yuseff (cubano)
parece un Cristo —decían
algo latió en el estómago de mi madre
(una estrella violácea
girando vertiginosamente
dentro de ella)
un loco se inclinó
queriendo besarme los pies
y otro desprendía pequeños trozos
de piel blanqueada de sus puños
pero yo caminaba sin verlos
yo miraba y frente a mí nada se movía
un grito:
alguien golpeó al muchacho —escuché decir
mucho tiempo después
volví a escuchar
—dentro de la casa—
ese mismo grito
como si la estrella maligna
nunca hubiera dejado de girar
girar
dentro de nosotros.
llegó a todos los extremos
—a los del aire y a los del cuerpo:
la fe de mi madre
se parece a esa mancha
como una uña negra
bordeándonos.
cuando dijo que no le dolía
yo supe que estaba agotándose
en su propio dolor
que en algo
se asemejaba a la rosa aquella
(reiterada por mí)
advertida por mi amigo
como la rosa
pero un poco más grave
sin la excusa
quizás
de la poesía
la rosa
seca
en el vaso de aguas verdes
a los pies de la Virgen muda.
tengo miedo de esa mano
escarbando en el quicial de la ventana
la mano que mira dentro del hueco
que somos
(el hueco marcado por la mancha
y la mancha que ahueca
la uña negra
de mi madre
y
el hueco de luz empobrecida
por la cal reciente
de las paredes
el hueco del árbol marchito
y el hueco que genera
todos los aromas fatales de este minuto)
esa mano que vuela
como una sombra
sobre nuestros rostros
y dicta sentencia:
—siempre será igual.
el calor dispersa cualquier idea lógica de escritura
un encajamiento de la palabra matriz
en la palma de mi mano
pudo haberme provocado “la fatiga”:
alguien hablaba sin cesar
—como esos hombres débiles
que acuden a los bares de pueblos pequeños
a llorar sus pérdidas—
y ese alguien insistía en el «grado cero»
de la escritura
la escritura pienso (pero no le digo)
no puede ser ese «grado cero»
al que acuden todos los seres inteligentes
que vienen a verme
de vez en cuando
la escritura
pienso (pero no me deja decirlo
—también me va dejando
lo suficientemente agotado
como para hacer aclaraciones)
es una antorcha
en la magna existencia
una variante
sin mayor aplicación
pero de ningún modo puede ser
ese «grado cero»
donde uno deja de existir
para dar vida al poema
o el grado en que el poema deja de ser
para abrir paso a la vida
cualquier cosa puede ser la escritura
del poema
del grado
del cero —le digo
a este hombre—
pero usted
no se parece a «mi poema»
a mi cero
a este grado extremo
donde quedan exentos
los seres que exploran esas inmensidades
reducidos al grado cero (su cero)
llevados a la razón de su verdad
que podría ser lo que no existe
ni en la vida
ni en la escritura
pero que permanece solo
en esta obstinación mía
de no quererme encerrar en el embalaje
definitivo
o de negar que el poema
«no pueda salvarme»
del congelamiento
de la sangre
de la vergüenza de escribir/
y escribir
sin manos
en el cero más absoluto.
cuando amaneció
ya él estaba allí
prendido el cigarrillo
burlando la custodia de la sala
velándole el sueño al hijo.
(sus zapatos estaban empapados de rocío pero el café todavía se podía
tomar/ a veces uno no logra explicarse cosas como estas).
a la vuelta
de aquel sitio
—dos— tres palabras
no nacidas
circundando la mancha vieja
sobre el mantel
y la uña de mi madre
por el borde de la mancha
nada más
es verano
(otra vez los framboyanes
florecidos)
siento deseos
de vivir
lo sé
este dolor exige
(de mí)
otra escritura.
Luis Yuseff (Holguín, Cuba, 1975). Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). Actualmente se desempeña como editor principal de Ediciones La Luz. Ha compilado la obra de escritores jóvenes en los volúmenes Memoria de los otros (cuento) y El sol eterno (poesía). Tiene publicados El traidor a las palomas (Eds. Holguín, 2002); Vals de los cuerpos cortados (Eds. Holguín), Yo me llamaba Antonio Boccardo (Eds. Almargen), Esquema de la impura rosa (Eds. Vigía), y Golpear las ventanas (Ed. Letras Cubanas), todos en el 2004; Salón de última espera (Casa Editora Abril, 2007) y Los silencios profundos (Eds. Holguín, 2009); La rosa en su jaula (Ed. Oriente, 2010), y Los frutos de Taormina (Ed. Matanzas, 2010). Ha recibido varios premios, entre ellos: De la Ciudad de Holguín; Alcorta; Anual de poesía América Bobia y Pinos Nuevos, en el 2003; Premio Calendario (2005); Premio Nacional Adelaida del Mármol (2008); Premio Oriente José Manuel Poveda; José Jacinto Milanés y La Gaceta de Cuba, estos últimos en el 2009. Poemas suyos aparecen recogidos en varias antologías, revistas y periódicos de Canadá, Perú, El Salvador, Honduras, México, Nicaragua, España y Nueva Zelandia.
Cuatro poemas de Michel Houellebecq
"Miguel Hernández hoy sería comunista"… El poema del 1 de mayo.
Por: Javier Rodríguez Marcos, El País, Madrid, 1 de mayo de 2012.
Es cierto, parece que Jorge Riechmann va camino de convertirse en nuestro poeta de cabecera con ocasión de paros parciales y huelgas generales, pero ya lo dijo, más o menos, Manuel Vázquez Montalbán en Pero el viajero que huye: ¿cómo de negras se tienen que poner las cosas para que nos salga, de nuevo, social la poesía? Camino del negro-oscuro-casi-blanco, allá va otro poema de Riechmann, de su último libro, El común de los mortales (Tusquets). Y sí, ya sabemos, lo obvio. De eso, precisamente, trata el poema que precede a este. Se abre con estos versos: “Obviedades: / una civilización que es capaz de situar astronautas en la Luna / pero no logra acabar con el hambre / es un enorme fracaso”. Se titula “De nuevo las obviedades”. ¿Demagogia? O cuestión de prioridades. Ejercicio demagógico para el próximo Consejo de ministros: “A ver, recortemos: ¿Educación y Sanidad o Defensa?”.
PRIMERO DE MAYO DE 2010
“Vivos y muertos se encuentran en mi sueño / como representantes de dos pueblos enemigos / en un tercer país. // Y mi cara es la cara del vencido pintada con los colores del vencedor.”
Yehuda Amijai, Herodium, en Detrás de todo esto se oculta una gran felicidad, 1973
“Que mis muertos me ayuden ahora.”
John Berger (Lila y Flag)
1
Miguel Hernández hoy
sería comunista
es decir: lucharía
por los derechos de las nutrias
por el equilibrio climático del planeta
contra los daños a las mujeres
y por la misma justicia social
que le movía entonces
2
El líder sindical perora
ante unas masa obreras muy menguadas
Las turistas en shorts
con rubias piernas larguísimas
pasean su indiferencia a escasos metros de la tribuna
Algunos asistentes consultas la hora
en sus teléfonos móviles:
casi las dos de la tarde
El sol aprieta
Junto a las pancartas
“Por el empleo con derechos
y la garantía de las pensiones”
se mezclan otras:
“Santería milagrosa
CONSÚLTATE YA!”
Alguien recuerda la observación
de un sindicalista italiano de la CGIL:
¿por qué los líderes obreros les gritan a los obreros
y les susurran a los empresarios?
Algún periodista
bosteza
3
Las palabras
vivas
no pueden hallarse en contradicción
con los hechos de la vida cotidiana
Cuando lo que se dice
choca frontalmente contra lo que se hace:
palabras zombis
palabras hueras
palabras muertas
palabras corruptas
4
La racionalidad es un cubito con agua
la irracionalidad es un pantano entero
o más bien el conjunto de los pantanos del mundo
perturbando gravemente miles de cuentas hidrográficas
sobrerreguladas
¿Cómo se pudo pensar alguna vez
que nuestro problema consistía
en el exceso de razón?
5
Derrotados
que no se dan por vencidos
Estamos en derrota
-decía Claudio Rodríguez-
nunca en doma
6
No sabemos
cuidar de nosotros mismos
Océanos
bosques
marismas
glaciares
atolones:
ayudadnos
7
Aprendemos
a encontrar nuestro camino en el bosque
y luego aprendemos a perderlo
con una clase de aprendizaje
distinto
En homenaje a Miguel Hernández
[por Jorge Riechmann, del libro El común de los mortales. Tusquets, 2011]
Lo que hay que decir
por Gunter Grass
Por qué guardo silencio, demasiado tiempo,
sobre lo que es manifiesto y se utilizaba
en juegos de guerra a cuyo final, supervivientes,
solo acabamos como notas a pie de página.
Es el supuesto derecho a un ataque preventivo
el que podría exterminar al pueblo iraní,
subyugado y conducido al júbilo organizado
por un fanfarrón,
porque en su jurisdicción se sospecha
la fabricación de una bomba atómica.
Pero ¿por qué me prohíbo nombrar
a ese otro país en el que
desde hace años —aunque mantenido en secreto—
se dispone de un creciente potencial nuclear,
fuera de control, ya que
es inaccesible a toda inspección?
El silencio general sobre ese hecho,
al que se ha sometido mi propio silencio,
lo siento como gravosa mentira
y coacción que amenaza castigar
en cuanto no se respeta;
“antisemitismo” se llama la condena.
Ahora, sin embargo, porque mi país,
alcanzado y llamado a capítulo una y otra vez
por crímenes muy propios
sin parangón alguno,
de nuevo y de forma rutinaria, aunque
enseguida calificada de reparación,
va a entregar a Israel otro submarino cuya especialidad
es dirigir ojivas aniquiladoras
hacia donde no se ha probado
la existencia de una sola bomba,
aunque se quiera aportar como prueba el temor...
digo lo que hay que decir.
¿Por qué he callado hasta ahora?
Porque creía que mi origen,
marcado por un estigma imborrable,
me prohibía atribuir ese hecho, como evidente,
al país de Israel, al que estoy unido
y quiero seguir estándolo.
¿Por qué solo ahora lo digo,
envejecido y con mi última tinta:
Israel, potencia nuclear, pone en peligro
una paz mundial ya de por sí quebradiza?
Porque hay que decir
lo que mañana podría ser demasiado tarde,
y porque —suficientemente incriminados como alemanes—
podríamos ser cómplices de un crimen
que es previsible, por lo que nuestra parte de culpa
no podría extinguirse
con ninguna de las excusas habituales.
Lo admito: no sigo callando
porque estoy harto
de la hipocresía de Occidente; cabe esperar además
que muchos se liberen del silencio, exijan
al causante de ese peligro visible que renuncie
al uso de la fuerza e insistan también
en que los gobiernos de ambos países permitan
el control permanente y sin trabas
por una instancia internacional
del potencial nuclear israelí
y de las instalaciones nucleares iraníes.
Solo así podremos ayudar a todos, israelíes y palestinos,
más aún, a todos los seres humanos que en esa región
ocupada por la demencia
viven enemistados codo con codo,
odiándose mutuamente,
y en definitiva también ayudarnos.
Gunther Grass
Premio Nóbel de Literatura
Traducción de Miguel Sáenz. El texto original en alemán se publica hoy en el diario Süddeutsche Zeitung.
https://internacional.elpais.com/internacional/2012/04/03/actualidad/1333466515_731955.html
DELIRIO DEL INCRÉDULO, poema de María Zambrano
Bajo la flor, la rama
sobre la flor, la estrella
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá? Más allá ¿no recuerdas?, sólo la nada
la nada, óyelo bien, mi alma
duérmete, aduérmete en la nada
si pudiera, pero hundirme.
Ceniza de aquel fuego, oquedad
agua espesa y amarga
el llanto hecho sudor
la sangre que en su huida se lleva la palabra
y la carga vacía de un corazón sin marcha.
De verdad ¿es que no hay nada? Hay la nada
y que no lo recuerdes. Era tu gloria.
Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Mas no puedo. Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo no puedo buscar nada
no llego hasta la Nada.
Ernesto Sábato / Poema sobre héroes y tumbas
Tal vez a nuestra muerte el alma emigre:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de bengala;
mientras nuestro cuerpo se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la tierra sin memoria,
para ascender luego por los tallos y las hojas,
y convertirse en heliotropo o yuyo,
y después en alimento del ganado,
y así en sangre anónima y zoológica,
en esqueleto,
en excremento.
Tal vez le toque un destino más horrendo
en el cuerpo de un niño
que un día hará poemas o novelas,
y que en sus oscuras angustias
(sin saberlo)
purgara sus antiguos pecados de guerrero o criminal,
o revivirá pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de comadreja,
su turbia condición de feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías y traiciones.
Gonzalo Rojas / CONTRA LA MUERTE
Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y siniestra con tal de prosperar en mi negocio.
No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.
¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?
Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.
Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, pero no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.
Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.
Selección de poemas de Fina García Marruz, Premio Reina Sofía 2011 de Poesía Iberoamericana.
Poesía de Fina García Marruz.pdf (72,9 kB)
Juego de Imágenes: Antología de Poesía Dominicana Contemporánea, selección de Frank Martínez
Antología de Poesía Dominicana Contemporánea.pdf (3,7 MB)
Selección de poemas del gran poeta martiniqués Aimée Césaire
Selección de Poemas de Aimée Césaire.pdf (91,5 kB)
La Metamorfosis de Narciso, poema de Salvador Dalí, traducido al castellano por el poeta colonense Edison Simons
MANUSCRITO
El óleo Metamorfosis de Narciso se expone temporalmente en el Teatro-Museo Dalí acompañado de un curioso libro que Dalí conservó toda su vida. Se trata de un volumen encuadernado con pergamino formado por la edición francesa del poema, publicada por Éditions Surrealistes de París con correcciones en la segunda página y un ejemplar de la versión inglesa a cargo de la Julien Levy Gallery de Nueva York. Además encontramos dos esbozos a lápiz del óleo y un borrador del poema, en francés, a tinta azul sobre papel de carta del hotel Arlberg-Wintersporthotel Alpenrose-post und Arlberg-Haus. Los dibujos, el manuscrito y las dos publicaciones van acompañadas de tres fotografías de Cecil Beaton, firmadas por el fotógrafo.
LA METAMORFOSIS DE NARCISO
Poema paranoico
MODO DE OBSERVAR VISUALMENTE EL TRANSCURSO DE LA METAMORFOSIS DE NARCISO REPRESENTADA EN MI CUADRO Si se contempla durante algún tiempo, con una ligera distancia y cierta «fijeza distraída», la figura hipnóticamente inmóvil de Narciso, ésta desaparece gradualmente, hasta volverse absolutamente invisible. La metamorfosis del mito tiene lugar en ese preciso momento, ya que la imagen de Narciso se transforma súbitamente en la imagen de una mano que surge de su propio reflejo. Esa mano sostiene con la punta de los dedos un huevo, una simiente, el bulbo de donde nace el nuevo Narciso, la flor. Al lado, se puede observar la escultura calcárea de la mano, mano fósil del agua que sostiene la flor abierta. EL PRIMER POEMA Y EL PRIMER CUADRO OBTENIDO ENTERAMENTE SEGÚN LA APLICACIÓN ÍNTEGRA DEL MÉTODO PARANOICO-CRÍTICO Por primera vez, un cuadro y un poema surrealistas implican objetivamente la interpretación coherente de un tema irracional desarrollado. El método paranoico-crítico comienza a constituir el conglomerado indestructible de los «detalles exactos» que reclamaba Stendhal para la descripción de la arquitectura de San Pedrode Roma, y ello en el ámbito de la más paralizante poesía surrealista. El lirismo de las imágenes poéticas sólo es filosóficamente importante cuando logra, en su acción, la misma exactitud que obtienen los matemáticos en la suya. El poeta debe, ante todo, demostrar lo que dice.
2
Primer Pescador de Port Lligat: «¿Qué le pasa a ese muchacho que se pasa el día mirándose en el espejo?». Segundo Pescador: «Si quieres que te lo diga (bajando la voz): tiene una cebolla en la cabeza». «Cebolla en la cabeza», en catalán, corresponde exactamente a la noción psicoanalítica de «complejo». Si uno tiene una cebolla en la cabeza, ésta puede florecer de un momento a otro, ¡oh Narciso! Bajo el desgarrón de la negra nube que se aleja la balanza invisible de la primavera oscila en el cielo nuevo de abril. Sobre la más alta montaña, el dios de la nieve, su cabeza deslumbrante inclinada sobre el espacio vertiginoso de los reflejos se derrite de deseo en las cataratas verticales del deshielo aniquilándose ruidosamente entre los gritos excrementales de los minerales o entre los silencios de los musgos, hacia el lejano espejo del lago en el que desaparecidos los velos del invierno, acaba de descubrir el relámpago fulgurante de su imagen exacta. Se diría que con la pérdida de su divinidad la alta llanura entera se vacía, desciende y se derrumba entre las soledades y el silencio incurable de los óxidos de hierro mientras que su peso muerto levanta toda entera hormigueante y apoteósica la planicie de la llanura donde camino ya se abren hacia el cielo los surtidores artesianos de la hierba y que suben, rectas, tiernas y duras, las innumerables lanzas florales de los ejércitos ensordecedores de la germinación de los narcisos.
3
Ya el grupo heterosexual, en las famosas posturas de la expectación preliminar, pesa concienzudamente el cataclismo libidinoso, inminente, eclosión carnívora de sus latentes atavismos morfológicos. En el grupo heterosexual en esta suave fecha¹ del año (pero sin exceso querida ni dulce), se encuentran el Hindú áspero, aceitado, azucarado como un dátil de agosto, el Catalán de espaldas serias, y bien plantado en una cuesta-pendiente, con un Pentecostés, de carne en el cerebro, el Alemán rubio y carnicero, las brumas morenas de las matemáticas en los hoyuelos de sus rodillas nubosas, se encuentran la Inglesa, la Rusa, la Sueca, la Americana y la gran Andaluza tenebrosa, robusta de glándulas y olivácea de angustia. Lejos del grupo heterosexual, las sombras de la tarde avanzada se alargan en el paisaje y el frío invade la desnudez del adolescente rezagado al borde del agua. Cuando la anatomía clara y divina de Narciso se inclina sobre el espejo oscuro del lago, cuando su blanco torso doblado hacia delante se paraliza, helado, en la curva argentada e hipnótica de su deseo, cuando pasa el tiempo sobre el reloj de flores de la arena de su propia carne. Narciso se aniquila en el vértigo cósmico en lo más hondo del cual canta la sirena fría y dionisíaca de su propia imagen. El cuerpo de Narciso se vacía y se pierde en el abismo de su reflejo, como el reloj de arena al que no se dará la vuelta.
4
Narciso, pierdes tu cuerpo, arrebatado y confundido por el reflejo milenario de tu desaparición, tu cuerpo herido mortalmente desciende hacia el precipicio de topacios de los restos amarillos del amor, tu blanco cuerpo, engullido, sigue la pendiente del torrente ferozmente mineral de negras pedrerías de perfumes acres, tu cuerpo... hasta las desembocaduras mates de la noche al borde de las cuales ya destella toda la platería roja de las albas de venas rotas en «los desembarcaderos de la sangre²». Narciso, ¿comprendes? La simetría, divina hipnosis de la geometría del espíritu, colma ya tu cabeza con ese sueño incurable, vegetal, atávico y lento que reseca el cerebro en la sustancia apergaminada del núcleo de tu próxima metamorfosis. La simiente de tu cabeza acaba de caer al agua. El hombre regresa al vegetal y los dioses por el pesado sueño de la fatiga por la transparente hipnosis de sus pasiones. Narciso, tan inmóvil estás que parecería que duermes. Si se tratara de Hércules rugoso y moreno, se diría: duerme como un tronco en la postura de un roble hercúleo. Mas tú, Narciso, formado por tímidas eclosiones perfumadas de adolescencia transparente, duermes como una flor de agua. Ahora se aproxima el gran misterio, ahora tendrá lugar la gran metamorfosi. Narciso, en su inmovilidad, absorto en su reflejo con la lentitud digestiva de las plantas carnívoras, se vuelve invisible. No queda más de él que el óvalo alucinante de blancura de su cabeza, su cabeza de nuevo más tierna, su cabeza, crisálida de segundas intenciones biológicas, su cabeza sostenida con la punta de los dedos del agua, con la punta de los dedos, de la mano insensata, de la mano terrible, de la mano coprofágica, de la mano mortal de su propio reflejo. Cuando esa cabeza se raje, cuando esa cabeza estalle, será la flor, el nuevo Narciso, Gala, mi narciso.
¹ «Fecha» considerada como «materia».
² Federico García Lorca
Traducción al castellano de Edison Simons
© Salvador Dalí, Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres, 2008
4 Poemas de Marilyn Monroe
Ay maldita sea me gustaría estar muerta
–absolutamente no existente–
ausente de aquí –de
todas partes pero cómo lo haría
siempre hay puentes –
el puente de Brooklyn
Pero me encanta ese puente
(todo se ve hermoso desde su altura
y el aire es tan limpio)
al caminar parece
tranquilo a pesar de tantísimos
coches que van como locos
por la parte de abajo.
Así que
tendrá que ser algún otro puente
uno feo y sin vistas –salvo que
me gustan en especial todos los puentes –
tienen algo y además
nunca he visto un puente feo
Socorro, socorro.
Socorro.
Siento que la vida se me acerca
cuando lo único que quiero
es morir.
Grito –empezaste y terminaste en el aire-
pero ¿qué hubo en medio?
¡¡¡Sola!!!
Estoy sola -siempre estoy
sola
sea como sea
Vida
–soy de tus dos direcciones
De algún modo permaneciendo colgada hacia abajo
casi siempre
pero fuerte como una telaraña
al viento
-existo más con la escarcha fría
resplandeciente
Pero mis rayos con abalorios son del color
que he visto en un cuadro –
ah vida
te han engañado
Marilyn Oculta…
Pensábamos que sabíamos todo sobre ella. Pero el mito de Hollywood guardaba un secreto: tenía la necesidad compulsiva de escribir sus sentimientos. Aparece ahora un libro con textos y poemas inéditos que revelan el lado más íntimo y desgarrado de la actriz. El País Semanal lo presenta en exclusiva. 'Fragmentos', editado en España por Seix Barral, sale a la venta el 6 de octubre.
https://www.elpais.com/articulo/portada/Marilyn/oculta/elpepusoceps/20101003elpepspor_8/Tes
Cinco poemas de Brandon Smith (poeta norteamericano joven)
Publicamos, a continuación, cinco poemas del poeta Brandon Smith, de 24 años, natural de Norht Carolina, USA. Estos poemas están siendo traducidos al castellano y su traducción aparecerá en esta misma sección en pocos días. Para cualquier comunicación con el poeta, su email es: idunnopoetry@gmail.com
Scars
Skin is thin and unbroken,
Like words of hate, left unspoken,
Until the blade of conflict cuts,
The skin that spreads, as opened up.
The blood flows out like crimson streams,
Surrounds and drowns the strongest screams,
Until the river Red runs dry,
All else is left alone to die.
The wound, it slowly closes up,
And mends until it closes shut,
It hides the pain it felt before,
But waits for pain that's left in store.
Scars appear where wounds once healed,
And still reveal where holes were sealed,
Remind of times of massive loss,
When losing canceled out the cost.
The only thing prolonging pain,
Are memories inside the brain,
That if erased, would put to rest,
Reminders of the pain that's left.
Same
I'm staring at before
And now for sake of grief
I'm lying to myself
And playing make-believe
Pretending what we were
Was more than what it was
And though I may embellish it
It matters not, because...
The painting's still the same
No matter how I frame it
The object's what it is
No matter what I name it
And history stands firm
I cannot re-arrange it
The past will stay the same
And I can never change it
I'm staring at our end
Back to when we finished it
I lie about the pain
Hoping to diminish it
Pretending that it hurts
A lot less than it does
And though I minimize it
It matters not, because...
The painting's still the same
No matter how I frame it
The object's what it is
No matter what I name it
And history stands firm
I cannot re-arrange it
The past will stay the same
And I can never change it
And time will come and go
With no way to re-gain it
The past is still the past
However I explain it
Pretend it's something else
And try so hard to feign it
But the past is still the same
And I can never change it
Seeds of Love
Weave me dreams I can't conceive
But leave the seams so I'll believe
And understand all in this land
Was planned and formed by Dancing Hands
That all expanse of plants and trees
Were planted so I'd glance and see
Remind each time I pant and breathe
For answers that You've answered me
This cancer is a chance to see
That even ants, You grant their needs
So when I guess You can't for me
The Seeds of Love You plant for me
Rainy Seasons
We were together just a season
Still, effects have lasted years
And we never find a reason
When our Fates decide to veer
From where we thought we just might go
We find we've ended up right here
And though we stooped to quite a low
We never had the slightest fear
For nothing's ever really over
Happy is never the end
Good and Bad times fight each other;
Neither one shall ever win
We will receive from life that which
We choose to purposefully send
'Cause sometimes wounds might need a stitch
If there be hope that they will mend
And when complete, it will begin
And then we'll start it all anew
And like a circle or a spin
We'll find our path is nothing new
For we traversed this way before
And swore we never more would do
'Cause nothing's worse than when it pours
But ask the grass how much it grew
Without the moisture of the rain
How can we ever hope to grow?
Sometimes it takes a bit of pain
Before you truly know you know
So if you ever reach a place
You're set, expecting where you'll go
Then be prepared to have to face
The swiftest shifting of the Flow
Anagogic (Positive Vibes)
My heart doesn't beat at the same frequency, you see
Cause for me it beats a sweet heavenly melody
That is free to them that see peace and ease
Instead of tragedy
Who see good instead of the bad they had to see
Who stay glad, not mad
By saying can't and flee
Whose answers see
The expanse of dreams
And what there's chance to be
Cause if you can't believe
Then you can't receive
And can't conceive
Of your prayer's answering
So can't you see
That there's no can't for me?
No chance I'll flee
Just straight advance
I'm free
To take this key
And re-shape what I will be
If I agree
With positivity