La antipoesía gana el Premio Cervantes

18.04.2012 23:45

Por Orlando Segura, publicado en las Estrella de Panamá, 11 de diciembre, 2011.

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Nicanor Parra Sandoval es el nuevo heredero del Premio Cervantes (2011), y el tercer chileno en conquistar esta joya literaria, le antecedieron sus compatriotas Jorge Edwards (1999) y Gonzalo Rojas (2003).

El Premio Cervantes es el máximo galardón literario que otorga la lengua castellana a un escritor nacido en Hispanoamérica. Este premio es un reconocimiento y un homenaje impostergable al creador de la antipoesía. A sus 97 años, Parra ha deslumbrado el firmamento literario durante seis décadas ininterrumpidas.

Aunque su primer libro poético data de 1937, Cancionero sin nombre, no fue hasta 1954 cuando los ‘Poemas y Antipoemas’ del autor chileno, nacido en San Fabián de Alico el 5 de septiembre de 1914, provocaron el estupor y la repulsa de los puristas apasionados de la poesía clásica. Allí incorporó la figura métrica del romance, el desarrollo narrativo de los poemas y el hablante poético como personaje de los versos. Según la crítica literaria, el modelo de este poemario fue el ‘Romancero gitano’ del poeta andaluz Federico García Lorca, aunque ya existen indicios que prefiguran la antipoesía.

La sintonía con el romance provino del conocimiento de la cultura tradicional campesina que lo rodeó desde su infancia.[] Nicanor Parra, convertido hoy en un símbolo de distintas generaciones, ha seguido las huellas imborrables de sus compatriotas Gabriela Mistral, quien ganó el Nobel de Literatura en 1945, y Pablo Neruda, laureado en 1971.

Admirado por Bob Dylan, Alan Ginsberg y Roberto Bolaño, Parra es un profundo devoto de clásicos como el propio Miguel Cervantes Saavedra, William Shakespeare, Dante Alighieri y del primer representante de mester de clerecía, Gonzalo de Berceo. En este último, Parra creyó encontrar un lejano referente de la antipoesía, pues usó el lenguaje popular en su creación poética.

Usar el lenguaje del pueblo es una de las fuentes primordiales de la creación literaria del antipoeta, Nicanor Parra, también en sus temas enfrenta al hombre común con sus conflictos de la vida cotidiana. En 1954 publica Poemas y Antipoemas, su segundo libro, que produjo un corte radical en la poesía chilena e hispanoamericana, y marcó la irrupción del modelo antipoético.

El sistema antipoético incluye entre sus elementos un personaje antiheroico, humor, ironía, sarcasmo y un verso cuyo léxico y sintaxis no obedecen al modelo literario clásico, sino al lenguaje cotidiano. En su país, este novedoso estilo de poesía recibió el apoyo irrestricto del crítico literario Ignacio Valiente, quien ha resultado ser uno de sus máximos promotores.

En Parra la realidad se manifiesta dividida y frecuentemente sin sentido. Cada cosa cuenta por sí misma y no se integra en forma coherente y con suficiente intensidad con las restantes. La incomunicación entre las personas es absoluta. Como se refleja en este fragmento.

‘Hago como que miro los espejos /Un cliente estornuda a su mujer /Otro enciende un cigarro /Otro lee las Últimas Noticias’.

La antipoesía es la poesía de lo común, en su forma y en su fondo y Parra fue enfático. En 1954, cuando proclamó que ‘durante 50 años la poesía ha sido el paraíso de tontos solemnes hasta que vine yo y me instalé con mi montaña rusa’. Preguntado años después del éxito de ‘Poemas y Antipoemas’, si buscaba emular a los grandes poetas chilenos, ripostó: ‘No, me conformo con ser el mejor poeta de Isla Negra’, en alusión a Pablo Neruda, que en ese entonces ya vivía en esa localidad de la costa central de Chile. Inclusive, aludió a otros poetas chilenos cuando proclamó: ‘No a la poesía del pequeño Dios (refiriéndose al impulsor del creacionismo, Vicente Huidobro), no a la poesía de toro furioso (por Pablo de Rokha), no a la poesía de vaca sagrada (por Neruda)’.

El hombre que definió su poesía como una montaña rusa, donde quien se sube baja echando sangre por las narices, ganó en 1969 el Premio Nacional de Literatura.

Entre sus obras más importantes destacan: ‘Sermones y prédicas del Cristo de Elqui’ (1977), ‘Nuevos sermones y prédicas del Cristo de Elqui’ (1979), ‘Chistes para desorientar a la policía’ (1983), ‘Coplas de Navidad’ (1983), ‘Poesía política’ (1983), ‘Hojas de Parra’ (1985) ‘Poemas para combatir la calvicie’ (1993).