La literatura panameña está en pleno apogeo, Justo Arroyo .

15.09.2010 02:19

Entrevista a Justo Arroyo, por James Aparicio

 

HORA CERO, (JAMES APARICIO).- Justo Arroyo no es un desconocido. Es el escritor panameño más premiado, con nueve premios Ricardo Miró, un premio centroamericano en los juegos florales de Guatemala y Rogelio Sinán. Desde 1966 cuando escribió La Gayola, otras quince obras entre cuentos y novela han sido galardonas. Arroyo está convencido que la literatura es para siempre y la tecnología en vez de herirla ayudará en su difusión. La Otra luz (2008) es su novela más reciente, también premiada con el Ricardo Miró, el máximo galardón de las letras panameñas. HORA CERO lo interrogó y el escritor colonense (74 años) responde a todas las preguntas, sin dejar nada en el tintero.

Dejando atrás al hombre del Celofán (1971), Réquiem por un duende (2002), Sin principio ni fin (1999), Para terminar diciembre (1995), Rostros como manchas (1991), Capricornio en gris (1972), Lucio Dante resucita (1998), Héroes a medio tiempo (1997) están entre las obras laureadas de Arroyo. Arroyo no se atreve a elaborar un listado de los escritores más influyentes de la literatura panameña, por que cree que todos han jugado un papel trascendental. Sin embargo reconoció que Ricardo Miró es un referente, así como lo fueron y serán José de Jesús Martínez (Chuchú), Roque Javier Laurenza, Elsie Alvarado de Ricord, Diógenes de La Rosa, Joaquín Beleño, Esther María Osses y Joaquín Beleño

JAMES APARICIO (JA).- ¿Está la literatura panameña en agonía?

JUSTO ARROYO (JAR).-La literatura panameña está en franco apogeo, con un doble discurso interesante: el de los consagrados y el de las nuevas generaciones. Creo que la literatura, como todos los medios que dependen de la palabra escrita, está en crisis, en una etapa de autoanálisis debido a la preponderancia de los medios audiovisuales. En ese sentido, la agonía podría ser de los libros, no de los escritores; de las editoriales y de sus retos para mantenerse relevantes en la era del Kindle.

JA.- ¿Han perdido los escritores nacionales su identidad y compromiso o no existen?

JAR.-Superada la etapa del Canal como aglutinante de la literatura nacional, ha mantenido una cohesión producto de los vicios de nuestras sociedades. En ese sentido la identidad nacional se une a la gran identidad internacional en el tratamiento de los temas que nos mortifican y que llevan al compromiso.

JA.- Así como los nicaragüenses tienen a Rubén Darío, Panamá se enorgullece de Ricardo Miró, ¿trascendieron otros escritores panameños?.

JAR.-Rogelio Sinán es un escritor trascendental, un referente de nuestra literatura. Así como lo son José de Jesús (Chuchú) Martínez y Roque Javier Laurenza, entre muchos otros

JA.-¿Cómo llega usted a la literatura, en un país donde leer es casi un dolor de estómago para muchos panameños?

JAR.-Independientemente de ese “dolor de estómago” que tan correctamente señalas, escribir es una vocación, que se va a ejercer aun dentro de las más difíciles circunstancias. Como el periodismo. El periodista de raza lo va a realizar no obstante los retos económicos, sociológicos y tecnológicos. Leer seguirá siendo un reto y sólo se hará más complicado. Pero confío en que las tecnologías se apoyen mutuamente para fortalecerse entre sí.

JA.-¿Desde la Galoya, cómo ha evolucionado el estilo de Justo Arroyo?

JAR.-Desde La gayola he pasado por varias etapas comunicativas hasta arribar hace unos años a un estilo en que lo principal es la claridad y la sencillez, el flujo de la narración y el interés.

JA.-¿Por qué "Otra Luz". Yolanda Crespo en una reseña publicada en HORA CERO afirmó que es una novela con contenido sociológico?

JAR.-Otra luz responde a estos lineamientos.

La dificultad de los años formativos de mi personaje lo llevan incluso a la cárcel pero también a ver la luz al final del túnel. Me pareció acertadísimo el resumen que hace Yolanda Crespo de esta novela.

JA.-¿Cuál es su obra más profunda, desde Dejando atrás al hombre de celofán?

JAR.-Cada libro tiene su historia y guarda un sitio especial por las circunstancias de su creación. He tenido libros experimentales, políticos y de pura literatura. Me resulta difícil, por tanto, señalarte uno.

JA.-¿Qué significado tienen tantos premios y reconocimientos internacionales por su obra literaria?

JAR.-Los premios han servido para romper la barrera editorial y para acercarme a un público mayor, tanto en Panamá como en el extranjero.

JA.- ¿Cuál es el mensaje de Otra Luz, cómo surgieron los personajes que parecen complicados, pero que a la vez son de la vida real?

JAR.-El mensaje de Otra luz es para la juventud, y tiene que ver con esa línea delgada que puede significar la vida o la muerte, la cárcel o una carrera. Lamentablemente la violencia y la inseguridad en nuestros países hacen relevante este mensaje, al contemplar cómo tantos de nuestros jóvenes están siendo sacrificados sin haber empezado a vivir aún

JA.- Si hicieramos una lista de los escritores más importantes de Panamá y nos arriesgaramos a tener un listado del 1 al 20, cuáles serían a sus criterio?

JAR.-Pregunta muy difícil ésta, puesto que habría que incluir tanto a poetas como ensayistas, dramaturgos y narradores. Cada uno tiene su importancia. En base a esto, se me hace más fácil señalar los que, para mí, están en lo más alto de la lista.

Los mencionados Rogelio Sinán, Chuchú Martínez y Roque Javier Laurenza. Los dos primeros abordaron con éxito todos los géneros, Sinán incluso hizo literatura infantil.

Ricardo Miró, es, por supuesto, nuestro gran poeta histórico y Diógenes de la Rosa y Ricauter Soler brillan en el ensayo.

En la novela tengo en muy primer lugar a Joaquín Beleño, que definió la literatura del Canal. Elsie Alvarado de Ricord es ejemplo de excelente ensayista y poeta, así como Esther María Osses.

JA.- ¿Por qué se inclinó por la novela y no por el cuento, teatro o la poesía?

JAR.-Son los géneros en que me siento más cómodo, más directo. No obstante, para mi consumo personal ha practicado poesía, además de cometer algo de teatro, también inédito.

JA.- ¿Se puede vivir en Panamá de la literatura?, ¿Qué falta?

JAR.-Dudo que se pueda vivir de la literatura en cualquiera de nuestros países. Los escritores son profesores, periodistas, abogados o médicos, etc. Todo esto dificulta lo que es una carrera de tiempo completo, como la literatura. Sólo los premios grandes, como el Planeta o el Alfaguara permiten un respiro hacia la vocación. También, por supuesto, un descomunal éxito como el de García Márquez.

JA.- ¿Morirá la literatura consumida por la tecnología, superficialidad y consumismo?

JAR.-Creo que contesté esto más arriba. Confío y espero que las tecnologías se complementen. Que así como seguirá el libro de papel y el periódico de papel, exista el libro virtual y el periódico virtual.

Tocará a todos abordar el problema, porque a la inmediatez de un libro o periódico, esa complicidad entre lector y medio, se contrapone la audiencia masiva, aquello invaluable, por ejemplo, de que tu excelente HORA CERO no sólo se lee en Panamá sino en el mundo entero.

Eso no tiene precio.

justoarroyo@cableonda.com 

www.justoarroyo.com